Resulta de capital importancia abordar una actuación integral que adecue la estructura empresarial a las necesidades de servicio a sus clientes. Además es necesario establecer una organización que permita obtener una adecuada gestión de los intereses económicos de la actividad asegurando el cumplimiento normativo.
Las decisiones empresariales deben contar con un estudio que identifique los riesgos asumidos y diseñe planes de actuación para el supuesto de impacto de dichos riesgos.
La actuación que se espera de nuestro Bufete llega más allá de la aplicación de una norma jurídica, si no un juicio de probabilidad basada en la experiencia de desarrollo de negocios realizada con anterioridad. Siendo necesario, según la estructura de inversión, la aplicación de certificaciones de gestión empresarial avanzada como COBIT5 o bien de gestión de proyectos como PRINCE2, permite crear herramientas ágiles que integran la estrategia de dirección global en cada una de las decisiones de departamentos o de las empresas que conforman el grupo.
Estructura empresarial
Aunque en estos momentos se presenta una estructura muy simple, compuesta por una sola empresa, la existencia de riesgos diferenciados en diversas explotaciones empresariales hacen recomendable la diferenciación clara de cada uno de ellos, dotándole de una estructura independiente que impida el contagio entre las diferentes explotaciones y que ponga en riesgo el patrimonio global por riesgos sectoriales.
Siempre en el marco de la más escrupulosa legalidad, la utilización de diferentes vehículos de inversión pueden facilitar en el medio plazo la reducción de la cuenta fiscal. Nuestro ordenamiento jurídico ofrece diversos tipos de formulas para encauzar la inversión y de esa forma acumular el patrimonio. La elección de uno u otro determina la forma en la que los beneficios del patrimonio tributarán a Hacienda.
Teniendo en cuenta que el cliente en estos momentos tiene una organización exclusivamente enfocada a la generación de negocio e incremento de su actividad, resulta indicado valorar la creación de vías de acumulación de patrimonio, separadas e independientes de su actividad mercantil, que ofrezcan una rentabilidad satisfactoria en el medio plazo, seguridad jurídica y además que constituyan un remanente seguro al que acudir en caso de necesidad en el desarrollo de las actividades productivas.